En la fotografía encontré una forma de conocerme, aceptarme y expresarme. Me ha funcionado y por eso decidí llevar esta experiencia a otras personas brindando servicios de fotografía de retratos e incluso de eventos sociales.
Me di cuenta que me encantaba la interacción para hacer sentir cómodas a las personas que no tenían experiencia frente a la cámara, en especial las mujeres quienes son las que más conflictos internos tienen con su autoimagen. 
En mi primera sesión boudoir, esa primera cliente me dijo: "Nunca me han gustado las fotos, pero viendo este trabajo me doy cuenta que no soy un completo desastre"
Esas palabras hicieron mucho eco dentro de mí, sabía que podía ayudar a más mujeres que siguen  teniendo esa lucha interna con su cuerpo e imagen , descubrí lo fascinante de la fotografía boudoir y su alcance para brindar una nueva perspectiva y una oportunidad para recuperar la confianza y la relación con su cuerpo.








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